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La distribución en una encrucijada

Abastecimiento, transporte y comercialización



EN UN CONTEXTO INTERNACIONAL DE CRISIS POLÍTICAS Y ECONÓMICAS, EL MERCADO LOCAL NO ESCAPA A UNA SITUACIÓN QUE NO DA SEÑALES DE REGULARIZARSE Y DIFICULTA LA NORMAL ACTIVIDAD DEL SECTOR DE LA DISTRIBUCIÓN MAYORISTA.



La crisis global de los últimos meses, consecuencia de la pandemia, la guerra Rusia-Ucrania y la creciente tensión político-económica entre los Estados Unidos y China, sumado a los desaciertos de nuestros dirigentes, ha tenido su necesario correlato en el mercado interno, donde la distribución mayorista de golosinas, galletitas y productos varios es uno más de los sectores afectados.


Es que en lo que va del año, una serie de factores se han desarticulado hasta un punto en que la producción, la distribución y el consumo se han transformado en actividades difíciles de llevar a la práctica de manera coherente y ordenada, por tener que afrontarse problemas en los abastecimientos, el transporte, la comercialización y medidas implementadas por las autoridades que no han dado los resultados esperados, y donde la creciente y persistente inflación afecta al conjunto de las transacciones en cada eslabón de las cadenas de abastecimiento, tanto para las industrias, los canales de distribución y los consumidores finales.


PENURIAS PARA EL TRANSPORTE AUTOMOTOR DE CARGAS

Ya desde principios de otoño comenzaron a sonar las señales de alarma por las dificultades en el abastecimiento de gasoil, principalmente en el interior del país, donde el faltante de combustible acentuó los tiempos de espera para la recarga, lo que generó la inmovilización de los camiones y, por supuesto, el aumento del precio del gasoil y de los costos operativos, que las empresas de transporte no tuvieron más remedio que trasladar al flete, y los dadores de carga y destinatarios al precio final de las mercaderías. En tal coyuntura, las tareas de distribución se desarrollaron de manera muy precaria, sin posibilidades de ofrecer su habitual servicio en condiciones normales.

Un desarrollo cronológico de esta situación puede obtenerse del relevamiento que, desde abril pasado, elabora la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas – FADEEAC – mediante la periódica consulta que realiza entre las 44 cámaras que la constituyen.

Así, en mayo, el combustible, principal costo del transporte, aumentó un 12,2%, con marcados incrementos en 19 provincias afectadas por la escasez en el aprovisionamiento a estaciones de servicio, donde se establecieron cupos (menos de 50 litros, en algunos casos) y topes para la carga. Durante el mismo mes, los costos de transportar mercadería subieron al 10,6%, el más alto en tres años y medio, según el índice de costos de transporte que elabora la mencionada entidad. Ya por esa fecha, estos datos contrastaban con indicadores de recuperación en la actividad económica en general.


Hacia mediados de junio,en varios distritos del país (Formosa, Tucumán, Santiago del Estero, Santa Fe, Corrientes y Córdoba), el precio por litro había superado los $ 250.-, mientras en Chubut y Santa Cruz el máximo valor solicitado por litro de gasoil Grado 2 era de $ 140.- y en el AMBA de$ 150.-. Aquí cabe señalar que una de las causas que influye – no la única, porque la especulación también juega fuerte – en la diferencia de precios que se observa en las distintas regiones del país, radica en la diversa aplicación de impuestos que sobre los combustibles se hace a nivel nacional, provincial y municipal.


Miembros del Departamento Técnico e Infraestructura Vial de FADEEAC también explicaron que “la Argentina presenta grandes disociaciones en la infraestructura de almacenaje y transporte de combustible, lo que define un Norte más caro en precios, y un Sur que recibe subsidios para lograr su competitividad. En un país extenso, la divergencia de precios de los combustibles es parte del problema original”. Y agregaron que “el actual contexto de desabastecimiento de gasoil surge de políticas energéticas con graves problemas de diseño en su origen”.

Entre el 15 y el 25 de junio, el período donde la crisis del desabastecimiento del gasoil alcanzó su máximo nivel, Tierra del Fuego fue el único distrito de la Argentina en el que los transportistas de carga no tuvieron inconvenientes para la carga del esencial fluido, ya que en ese período 23 distritos registraron problemas de diferente magnitud para acceder al combustible. En este punto, cabe señalar que en la mayoría de las provincias regían cupos de carga por debajo de los 20/30 litros por unidad, cuando un camión necesita, en promedio, entre 35 y 40 litros para recorrer 100 km.


En este contexto de por sí problemático para la circulación de bienes y servicios, las protestas de grupos de transportistas vinculados al sector rural establecieron cortes de rutas en distintos puntos del país, principalmente en zonas de la pampa húmeda. La presencia de estos piquetes dio lugar a enfrentamientos y diversos episodios de violencia.


UN CIERTO ALIVIO EN UN CONTEXTO INTERNACIONAL COMPLEJO

Ya en julio, los datos disponibles muestran una mejora en el acceso del combustible para los transportistas de cargas y una reducción en los precios máximos por litro, al materializarse una mayor provisión en las estaciones de servicio. Sin embargo, en algunas provincias continuaban los faltantes de gasoil y se mantenía el racionamiento en el expendio. Las razones del alivio observado en la todavía problemática situación se deben a que el final del período de siembra y cosecha reducen la demanda de gasoil destinado a las tareas agrícolas, y también al aumento en el porcentaje de corte de biodiesel dispuesto por las autoridades nacionales.

De todas maneras, aunque el panorama muestra una cierta morigeración de las dificultades internas, es necesario tener en cuenta lo que está sucediendo en el plano internacional, para poder acertar en la evolución, en el mediano plazo. De acuerdo con los pronósticos de la Energy International Administration (EIA) de los Estados Unidos, el costo del petróleo continuará elevado también durante 2023, estimándose en unos US$93,24 por barril de WTI (punto de referencia para el mercado de petróleo ligero de EE.UU), por lo que resulta imperativo encontrar soluciones cuanto antes para el tema, pues este escenario de precios de la energía llegó para quedarse.


Con el récord de aumento de costos en veinte años (casi el 49% de suba del Índice de Costos y el 71% en Combustible sólo en el primer semestre de 2022), continúa muy sostenido el aumento de costos en el Transporte de Cargas.

En un escenario de inflación mundial, el más alto en 40 años, donde la economía estadounidense, marcó el récord de inflación anual de 8,6% en dólares en mayo-, y de, asimismo, el récord de inflación interna para Argentina desde 2002, con proyecciones del IPC que estiman un piso no menor al 65% para todo 2022, los costos del transporte de carga superan por varios puntos a la inflación minorista (proyección), en un marco donde ambos indicadores enfrentan subas récord en el 2022.

Los costos de Transporte de Carga y de Logística afrontan esta situación en un marco de alta nominalidad de inflación en la economía argentina y por el gran incremento registrado en el gasoil, principal insumo en la estructura de costos del sector -que representa entre 33% y 36% en la media y larga distancia en términos generales-, teniendo en cuenta la compleja situación del mercado de petróleo a nivel mundial.


En este sentido, al igual que en la mayor parte de las economías de los países occidentales, los muy elevados precios de los commodities energéticos y alimenticios, consecuencia de la pandemia de Covid 19 y la guerra en Ucrania ha llevado el barril internacional desde unos 80 dólares a 120 dólares, es decir una suba de alrededor del 50%, lo que está ejerciendo una enorme presión sobre las empresas de transporte y logística a nivel mundial, y que se traslada de manera automática a los precios de materias primas, insumos y servicios, de una punta a la otra de las cadenas de abastecimiento.


MÁS OFERTA, PERO DE GASOIL MÁS CARO

En estos momentos, la escasez de gasoil se ha reducido de manera casi generalizada en todo el país, con excepción de algunas plazas donde persisten limitaciones en el expendio. Sin embargo, la mejoría en el abastecimiento se ha logrado mediante un aumento del precio de los combustibles, una medida que tiene un impacto directo sobre la inflación, debido a que históricamente el combustible es el principal insumo de la actividad de transporte automotor.

Por ejemplo, ya en febrero de este año, antes de desencadenarse la crisis, el combustible representaba entre un 35% y un 40% en la estructura de costos para los trayectos de media y larga distancia.

Ya por estos días, también se observa que las petroleras han orientado el aprovisionamiento de sus estaciones de servicio para el expendio del Euro 5, que es el tipo de gasoil más costoso, lo que se traduce, necesariamente, en el aumento de los costos para el transporte y la logística y, por ende, se extiende hacia la totalidad de las cadenas de abastecimiento.


LA PROBLEMÁTICA DEL SECTOR EN VOZ PROPIA

Para conocer la situación que deben enfrentar las empresas de distribución mayorista de golosinas, galletitas y afines, Revista ADGYA consultó a colegas de empresas asociadas: el ingeniero Carlos M. Fortunato, gerente de la firma HIJOS DE SANTIAGO AZA, de Santiago del Estero, y Diego Nassif, socio gerente de DISTRIBUIDORA AMIUN, de Córdoba, quienes a continuación comparten sus opiniones.


Ingeniero Carlos M. Fortunato. HIJOS DE SANTIAGO AZA

- ¿Cuál es la situación actual del aprovisionamiento de los productos que comercializa la empresa?

- El aprovisionamiento se ha visto reducido, tanto por inconvenientes en la disponibilidad de gasoil como por la inestabilidad macroeconómica que parecería agravarse con el correr de los días. La falta de gasoil se atenuó, sobre todo en la Capital y alrededores de Santiago Capital, aunque según el día de la semana que se trate puede directamente no conseguirse. Lo que empieza a ganar terreno en la lista de preocupaciones es la inestabilidad macroeconómica y del tipo de cambio, que está provocando inconvenientes con la pérdida de los precios de referencia, en primer lugar, y luego con el consecuente desabastecimiento.


- ¿Existen algunos rubros donde se evidencien faltantes? ¿Cuáles están desabastecidos?

- Casi todos los proveedores tienen algún producto componente de sus porfolios con faltantes; ya sea por la ausencia total del producto o por un aprovisionamiento deficiente para el nivel de demanda requerido. Entre los rubros más significativos se encuentran los relacionados con las harinas y los productos importados o de alta cantidad de componentes importados


- ¿Ha habido incrementos en las listas de precios? ¿En qué mercaderías son más notorios?

- Sí. Los cambios de precios se han acelerado significativamente durante el mes de julio, desde el lunes siguiente al anuncio de la renuncia del Ministro de Economía. Todos los rubros han aumentado, notamos que los productos no fabricados localmente son los que han tenido las magnitudes más altas.


- ¿La obtención de gasoil resulta problemática y genera dificultades para las tareas de distribución?

- La problemática del gasoil está presente permanentemente. En nuestro caso hay días de la semana en que no se consigue, pero (hasta el momento) el faltante no resulta tan sostenido como para impedirnos realizar la tarea de distribución. Claramente la situación genera dificultades, sobre todo por los trastornos a la hora de realizar las cargas en los surtidores. Pareciera que el problema no logra estabilizarse y no se vislumbra una solución en el corto plazo


- ¿Las autoridades han colaborado para resolver los problemas actuales?

- No estamos observando políticas paliativas por parte de las autoridades que ayuden a mitigar estos efectos negativos para la actividad.


Diego Nassif. DISTRIBUIDORA AMIUM


- ¿Cuál es la situación actual del aprovisionamiento de los productos que comercializa la empresa?

- La situación es “complicada” ya que por un lado hay falta de abastecimientos de parte de la industria, incluso en algunos casos llegaron a suspender las ventas por plazos de un par de días hasta, incluso, un par de semanas.

A esto se le suman algunos inconvenientes logísticos, ya que en muchos casos los transportes que vienen al interior disminuyeron alguna frecuencia para optimizar cargas, debido a los problemas para conseguir gasoil.


- ¿Existen algunos rubros donde se evidencien faltantes? ¿Cuáles están

desabastecidos?

- Si bien el principal problema los están sufriendo las empresas que importan productos finales para la comercialización, hoy toda la cadena está resentida,en algunos casos con demoras y otros con un abastecimiento acotado. Podría decirse que rubros relacionados con harinas y chocolates son los más afectados, mientras que propiamente las golosinas se han visto un poco menos alcanzadas, pero también con muchos quiebres.


- ¿Ha habido incrementos en las listas de precios? ¿En qué mercaderías

son más notorios?

- Si bien las variaciones son muy dispares, en estos últimos 30/45 días, como referencia, podemos hablar de productos importados (golosinas importadas,encendedores, etcétera) variaciones que van del 35% al 50%, mientras que los de producción nacional rondan del 10% al 20%, pero todavía estamos terminando de “acomodar” los precios, ya que a los cambios de listas, hay que terminar de determinar cómo quedan las escalas de descuentos ó bonificaciones, que en muchos casos terminan armando el precio de un producto.


- ¿La obtención de gasoil resulta problemática y genera dificultades para

las tareas de distribución?

- Nosotros nos movemos principalmente en la ciudad de Córdoba y gran Córdoba, donde el problema todavía se puede manejar. Puede haber alguna demora en el expendio o descontrol en el precio, pero en general se consigue gasoil.

El problema se comenzó a notar con algunos transportes con los cuales operamos.


- ¿Las autoridades han colaborado para resolver los problemas actuales?

- No sólo que no colaboraron en “resolver” el problema, algunas medidas tomadas u opiniones emitidas, parecen empeorar la situación económica, ya que bajo ningún punto de vista se preocupan por transmitir tranquilidad y confianza a los mercados, sino todo lo contrario. Pareciera que quieren apagar un incendio con más combustible.

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